Diversas opciones para un territorio diverso
A la hora de seleccionar nuestros productos, debemos tener en cuenta la diversidad de paisajes agrarios de la Península Ibérica y sus archipiélagos, influidos sobre todo por lo montañoso del territorio, la proximidad a los ríos y a los distintos mares. Esta distribución define las producciones óptimas para cada zona. A continuación las características de algunas de las más extendidas:
Producción de hortalizas en regadío: la opción preferida por la mayoría de “new entrants”, por su baja inversión y poca necesidad de tierra: una familia, vendiendo su producción en canales cortos, puede vivir con unas 2 ha. Al ser un producto fresco al que no es posible cargarle muchos costes de logística por los precios de mercado, la cercanía a los canales de venta cobra mucha importancia, por lo que es una opción adecuada para la agricultura periurbana. La modalidad de finca más abundante en España es la de producciones múltiples, con entre 15 y 40 referencias por temporada, para su venta directa en mercados, tiendas especializadas y grupos de consumo. Su principal debilidad está en los sobrecostes de distribución y la complejidad de una producción tan diversificada.
Producción de cereales y forrajes en extensivo: esta modalidad, la más vinculada a las ayudas de la PAC, requiere grandes inversiones y vastas extensiones de tierra, por lo que suele quedar reservada a personas con herencia familiar. Su transición agroecológica, que tendría un gran impacto por el gran porcentaje de superficie agraria que ocupa, pasa por una rotación muy diversa, cultivos de cobertura, abonos verdes, y sobre todo a su vinculación con la ganadería extensiva local, y a la diferenciación de sus productos con respecto a los que entran por los puertos marítimos.
Producción frutícola: requiere una inversión considerable y su retorno es lento, por lo que se suele reservar a personas herederas o capaces de aportar el capital inicial. Está muy ligada con zonas de tradición frutera, entre otras cosas por la necesidades estacionales de mano de obra. Aunque en España se produce bastante fruta ecológica, la mayor parte se deriva a la gran distribución. La transición a modelos SAT pasa por reducir la estacionalidad mediante la diversificación y la creación de canales cortos.
Aceite y vino: la incorporación de estos cultivos a los SAT pasa por involucrar a las cooperativas ya existentes. Aunque es cierto que existen opciones privadas, suelen sufrir de derivas elitistas al asociarse a modelos gourmet.
Ganadería orientada a la producción de huevos: una alternativa relativamente accesible, sobre todo si existe la capacidad de producir el alimento cerca de la granja. Hay que tener en cuenta cierta complejidad de distribución.
Ganadería extensiva orientada a producción de leche: muy dependientes de la capacidad del territorio para el pastoreo, como sucede en el extremo norte del Estado y ciertas zonas de montaña. El valor añadido puede venir de vincular varias explotaciones en torno a un obrador colectivo.
Ganadería extensiva orientada a producción de carne: el hecho de que por un lado la definición de la PAC de explotación prioritaria margine a los ganados pequeños, y por otro que los dos sectores mejor adaptados al territorio, el ovino y el caprino, dependan en demasía de la restauración, complica mucho estas explotaciones dentro del modelo SAT. Una clave para su viabilidad es el acceso a mataderos y obradores.
Otros nichos de empleo asociados al territorio: en la actualidad el aprovechamiento de los montes en España se centra básicamente en la extinción y prevención de incendios. Otras actividades como la apicultura, resinas, madera, corcho, setas y otros frutos y plantas silvestres tienen un gran potencial y pueden ser un buen complemento para ganadería y agricultura.
Pesca artesanal: el sector tiene una renta muy por debajo a la media y se encuentra en una situación de vulnerabilidad debida a la sobreexplotación. Para corregirlo se necesita innovación en los canales cortos de comercialización y articulaciones con la transformación y la restauración.
Compostaje de residuos ganaderos y venta como fertilizante: la agricultura ecológica necesita mejorar la calidad de sus fertilizantes, por lo que es un nicho a explorar. Para reducir el peso de la logística en el coste, es importante ubicarse cerca de las zonas productoras de estiércol y las zonas de consumo.
Servicios auxiliares para la producción en campo: el desarrollo de los SAT demanda perfiles adaptados como distribución ética, viveros ecológicos, realización de trabajos con maquinaria a terceros, y otros perfiles más técnicos como asesorías técnicas o administrativas.
