Para ello lo ideal es establecer un sistema fijo de seguimiento de la actividad que permita detectar tendencias y rectificar el rumbo a tiempo, y si es posible contar con algún acompañamiento o asesoramiento externo que aporte experiencia técnica y objetividad en sus análisis.

Algunas buenas prácticas para la estabilización y asentamiento son:

• Medir mediante herramientas y protocolos internos estables los principales indicadores.
• Establecer una rutina planificada de trabajo.
• Reservar tiempo para revisar la estrategia.
• Seguir también el cumplimiento de la burocracia.
• Realizar las inversiones de manera progresiva pero suficiente para asegurar el funcionamiento.