Hoy por hoy,  arrancar un proyecto agroecológico en el momento presente implica hacerlo desde una perspectiva empresarial: debemos vender nuestro producto a un precio mayor de lo que nos ha costado producirlo. Debemos cuantificar, además de los gastos que implican desembolsos económicos, los tiempos dedicados a cada tarea, sea remunerado ese tiempo, o no. 

El cálculo de viabilidad económica debe aplicarse igualmente al resto de tareas necesarias para vender el alimento producido, como son la comercialización y la inversión inicial. De esta manera, el diseño de nuestro proyecto debe incluir, al menos, los siguientes aspectos:

1. Una misión, visión y objetivos claramente definidos.
2. Una recopilación de saberes previa, con información de personas y proyectos similares al nuestro.
3. Una descripción espacial del entorno donde se desarrollará el proyecto, en forma de plano o mapa.
4. Un inventario de las instalaciones, tierras, herramientas y maquinaria necesarias.
5. Un calendario del funcionamiento de la actividad.
6. Una estimación económica de los costes de arranque.
7. Un cálculo de los ingresos obtenibles por nuestra producción.
8. Un estudio de viabilidad y un modelo de negocio.
9. Un plan de marketing.