A diferencia del modelo hegemónico, donde la promoción del trabajo agrario se ha enfocado a jóvenes rurales, hoy en día existe también una mayor movilización de perfiles de origen urbano a los que se le denomina “new entrants”. 

Una muestra de este cambio de perfil es el hecho de que en el periodo 2008-2014, por ejemplo, el 40% de los jóvenes que se incorporaron al sector agrario en Cataluña eran jóvenes rurales nacidos en familias agrarias que abandonaron sus pueblos para estudiar o trabajar en la ciudad, y al tiempo volvieron para dedicarse a la agricultura o ganadería. Pero entre los “new entrants” también encontramos a un grupo de personas mayores con una formación académica elevada que deciden introducirse en el sector agrario con proyectos viables e innovadores.

Como hemos visto en el primer apartado, existen varias barreras a las que hacer frente, e independientemente del perfil al que se pertenezca, la formación es clave para conseguir el éxito. Para ello, es necesario que dicha formación se adapte a las circunstancias y el contexto individual.