Somos un proyecto referente en España para dar solución a uno de los mayores retos que tenemos, la despoblación de nuestras áreas rurales. Para ello trabajamos buscado siempre el triple impacto, social, medioambiental y económico.

Hace 10 años que empezamos a trabajar en un pueblo de Aragón, llamado Oliete, con  100.000 olivos centenarios abandonados. El objetivo recuperar el olivar abandonado  involucrando a la sociedad (apadrinamiento) para generar una economía sostenible en el  lugar que fijase población y riqueza, evitando así su desaparición.

Gracias a ello Oliete ya cuenta con 20.000 olivos recuperados, 8.000 padrinos que además generan un rico turismo anual y lo más importante 40 familias en riesgo de exclusión social están trabajando a tiempo completo en el pueblo lo que permite mantener la escuela y los servicios del pueblo abiertos.

Con este contexto, surge hace seis años nuestra marca de aceite de carácter responsable “Mi Olivo” cuyo uso apoya a la recuperación de olivar y la creación de una economía sostenible en el lugar.

Su comercialización ha permitido recientemente evitar el cierre del colegio de pueblo por falta de niños, gracias a las nuevas familias pobladoras atraídas por el proyecto. 

Nuestros productos están muy buenos, pero lo que realmente hay detrás es que creamos desarrollo rural donde antes no existía nada.